Hace un par de años atrás, viajaba mucho y con muchos compañeros, yo era una gota afortunada.
Un día caí y no volví a volver, yo no sabía que me pasaba, pero no conseguía volver, caí en un suelo frío y sucio pero pasaba mucha gente, tuve suerte de que no me pisara alguien.
Cuando se hizo de noche y ya no pasaba nadie conseguí llegar a un sitio cálido y acogedor, cuando vi a una persona acercarse a un sitio que si no me enteré mal llamaba grifo y metió un montón de gotas como yo en algo llamado vaso y con un poco de prisa conseguí unirme a ellas y allí tuve mi tan esperado fin.
Hola Andrea, soy Julia, me ha gustado mucho tu historia, besos, ¡ciao!
ResponderEliminar